jueves, enero 25, 2007


Tengo una esperanza; la misma que alienta a muchos: volver a ver la chimenea humeante junto al río; hablandonos de trabajo, esfuerzo y prosperidad. Dios bendiga al jornalero que retiene la confianza del sacrificio digno y al empresario que invierte para que la gente siga adelante.


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